LA  CHISPA  DIVINA

 

Cuando en múltiples oportunidades os he hablado de la Chispa Divina, he visto en la mente de muchos de vosotros la gran perplejidad que se os presentaba. Esa perplejidad en que os sumíais venía a unirse al cúmulo de confusiones que tenéis debido a la forma tan deficiente que se os ha enseñado vuestra propia realidad.

Desde muy pequeños se os ha inculcado que el espíritu es la parte de Dios que tenéis en vosotros; pero se ha omitido el que comprendáis la parte explicativa de que ese espíritu desarrolla y forma un vosotros vuestro canal de receptividad. Confundís siempre espíritu con entidad; que es como confundir causa con efecto, el motivante con el resultante. Ha llegado el momento, para el ser humano de este planeta, de diferencias estas dos cosas: Entidad o Ego y Espíritu o Chispa Divina.

La Chispa Divina o Espíritu es la parte de la Energía Divina que, disgregada en toda la Creación, va dando curso a la evolución de todos los niveles de vida. Es la emanación del PADRE –Su esencia- que, en forma de chispas creadoras, va irradiándose y dando lugar a las manifestaciones de todas las formas de vida. Desde las primeras partículas hasta las formas más complejas, la Chispa Divina va interpenetrando todo en la evolución y guiando el desenvolvimiento de ella en unión de la Mente Universal o Conciencia Cósmica.

Esta Mente Universal o Conciencia Cósmica es el conjunto de leyes que rigen y dirigen el desenvolvimiento de la Chispa Divina. Estas dos fuerzas son los elementos con que el PADRE desarrolla la evolución, y éstas juntas, aunadas, van interviniendo en mayor o menor escala durante el proceso creador. La Chispa Divina es la impulsora,. la fuerza creadora; la Mente Universal es la ordenadora, la compaginadora, que va junto con la Chispa Divina aunando todo e incorporándolos conforme a la planificación según leyes que son comunes en todo el Universo.

La Chispa Divina en su maniobrar sobre la materia va ayudando a ésta a desenvolverse y a ir perfeccionándose en cada forma de su manifestación. Al mismo tiempo que la materia con ayuda de la Chispa Divina, va desarrollándose, aunadamente, va emitiendo ondas que la sutilizan. Ondas que van cambiando de frecuencia con cada cambio o avance de la materia orgánica. No os olvidéis que todo es vibración, todo es movimiento; y en esa vibración, en ese movimiento, van generándose todos los cambios que en su devenir acercan a la materia a la Chispa Divina, la van haciendo más afín a Ella y por ende, van haciendo más compenetrada la relación que puedan tener entre sí.

Cuando el ser humano recibe la individualidad, al recibir una entidad, está recibiendo un canal receptor particular para poder contactarse directamente con una cantidad de la Chispa Divina adecuada a su necesidad como persona. Esta necesidad se ajusta en su frecuencia vibratoria, y una mil millonésima parte de esa energía pasa a estar en contacto directo con él. Esa será desde entonces en adelante su Chispa Divina. El animal se ha vuelto hombre; está hecho a imagen y semejanza del PADRE pues tiene en su vida el contacto, la emanación de El.

Eso es lo que os unifica a todos como hermanos; porque todos sois portadores de esa parte del TODO, que os une a todas las manifestaciones de la Creación. Pues en Ella está la presencia inmanente, radiante, sublime de las fuerzas del PADRE, en forma más o menos directa, mayor o menor, más cercana o lejana, pero siempre presente. Ese ser a imagen y semejanza de DIOS es ser grandes, pues EL os da la grandeza; pero, aún más, es ser pequeños, humildes –pues con esa presencia en vosotros comprendéis vuestras relaciones con EL, vuestras posibilidades y el alcance de vuestros logros. Es ser el Yo como persona y el TODO con la Creación, siendo un eslabón pequeñito en la cadena inconmesurable de Ella.

Al principio este contacto es muy esporádico, a manera de chispazos con los cuales la Chispa Divina va activando a ese conjunto primitivo de entidad con materia que es el ser humano. A medida que el hombre va desarrollando en su entidad sus campos de conciencia, va abriendo el canal que lo comunica con su Chispa Divina. Igualmente va sensibilizándose para integrarse en un todo con el desarrollo de su medio. Va abriendo en su conjunto nuevos canales de comunicación para poder adquirir, bajo diferentes ángulos toda la gama de contactos con el Cosmos, con el PADRE y con los demás seres como él.

Este es el panorama, presentado en forma de evolución ascendente, la que todos deberíais de seguir –la más directa, la más efectiva. Desafortunadamente no es así. El ser humano, al mismo tiempo, va adquiriendo inteligencia y campo de conciencia o mente. También adquiere la capacidad de autodirigirse; es decir, el conocimiento de lo que hace y el derecho de decidir si quiere seguir la línea directa o darse una vuelta, retroceder o dar marcha atrás. Además tiene la facultad de acercarse o alejarse del Creador, de abrir o cerrar sus canales de comunicación con su Chispa Divina.

Mientras más os acerquéis a Ella, cuanto más os adecuéis a Ella, mas rápido será vuestro desarrollo y más directa vuestra evolución.

Podéis compararos al hombre que está situado de noche en una campiña en un lugar en que la única luz que existe es un puntito en la lejanía, que, aunque no lo alumbra en forma directa, le está indicando con su presencia su existencia e invitándolo a que se acerque para que pueda dentro de ella, ver todo lo que hay a su derredor. Vosotros soís ese hombre, la luz lejana es vuestra Chispa Divina, y la evolución en ustedes consiste en ir con paso firme directo hacia esa luz. Conforme os acerquéis a Ella veréis todo más claro a vuestro derredor, se ampliará vuestro panorama, todo se hará más claro y comprensible.

Cuando digo que ustedes tienen la facultad de hacerlo, es porque la conducta de su vida –sus vivencias- determina que su Chispa Divina se acerque o se aleje. A mayor frecuencia más cercanía a menor frecuencia el contacto es más debil. Todas las gamas inferiores o negativas establecen una pobre comunicación, no alcanzan la intensidad para un contacto eficaz –pues tienen muchas interferencias en el camino. Son como una antena sucia y poco cuidada, que no deja pasar bien la transmisión. Más si vosotros con vuestra conducta formáis un campo positivo de buenos deseos y vivencias superiores, esa antena estará limpia y reluciente y escucharéis la transmisión nítidamente, con claridad, y podréis seguirla sin confusiones porque habréis creado el marco de la buena sintonía.

Al principio de la evolución como humanos el contacto es esporádico, porque el aparato receptor –la entidad- aún es muy rudimentaria; con los años y las encarnaciones, el aparato se va perfeccionando y debe de ir mejorando cada vez más en su recepción. Pero así como debe mejorar en cada vida –al evolucionar la entidad- y hacerse más receptiva, la conducta durante la encarnación determina, independiente de la calidad como receptor que tenga la entidad, que su canal o antena tenga la nitidez que ese avance le permita. Sus actos y conducta en cada vida son como las antenas; mientras más limpias, brillantes y pulidas estén, mejor recepción tendrá el aparato.

A medida que la entidad va evolucionando, de reencarnación en reencarnación, va condicionando su canal de recepción de manera tal que le permite recibir en forma fidedigna y real la comunicación que la Chispa Divina le trasmite. Su mayor recepción está condicionada a su evolución y, al mismo tiempo que en grado evolutivo, a la conducta pertinente a la encarnación.

Podemos estar muy evolucionados, pero decidimos encarnar para vencer alguna debilidad que nos resta vencer en la materia. Encarnamos con ese propósito; pero sí en vez de vencer la debilidad, ésta nos vence a nosotros y no superamos esa situación en la vida, entonces esa debilidad con sus acompañantes, con sus cargas, nos impedirá la conexión que por nuestro adelanto ya logrado deberíamos tener; y aún más, la debilidad se afianza a la materia, y al recibir el contacto éste quedará distorsionado y no la comprenderemos ni sentiremos en su verdadera realidad.


Así, todas las adquisiciones en materia de hábitos y costumbres que os aten al mundo de la materia, con su secuela de encadenamiento a ella, os limitan la capacidad de comprensión, de ese grado de comprensión ya adquirido, que se nubla y permanece estancado mientras persistan estas condiciones. Mientras más os liberéis de estos hábitos y costumbres, mientras dejéis más abierta vuestra mente, mayor será la comunicación que podáis tener con vuestra Chispa Divina. Por cuanto, por intermedio de una mente libre de comprensión abierta, podréis interpretar más claramente las indicaciones que recibáis lo más acorde posible con vuestro grado de evolución.

La Chispa Divina es la energía radiante del PADRE, es Su emanación, es parte de EL, que interpenetra todo en el Universo en diferentes maneras, en muchas facetas y aspectos. En el momento que recibís una parte de esta energía en vuestra individualizqación, sois el grado mayor en vuestro planeta y, por lo tanto, como hombres, sois la representación material del PADRE en él.

Tenéis conexión directa con vuestra Chispa Divina, de vosotros depende el usarla. Cada uno de vosotros tenéis integrada en vuestra realidad la parte proporcional de esa energía creadora, radiante que es la que os impulsa en vuestro camino ascendente. Es el grado más alto a que podéis aspirar. Engrandecedla para que podáis estar algún día en contacto directo con Ella; ser seres de Luz, seres capacitados para envolveros en esa fuerza divina y llenar vuestros campos de conciencia en una integración con la Mente Universal.

La Chispa Divina es la que os conduce de vida en vida buscando el perfeccionamiento, tratando de que os venzáis a vosotros mismos, que es la meta para ir avanzando por la ruta ascendente. Ella trabaja a través de vuestra entidad, en vuestra mente, a través de los campos de conciencia que hayáis desarrollado en ella.

La meditación os acerca a esos logros; pues es la llave para ampliar la mente con sus campos de conciencia. El meditar os acerca a las realidades universales, a vuestro Yo verdadero; os lleva a reforzar los canales de comunicación con vuestra Chispa Divina, con vuestro PADRE, con vuestro TODO.

Al aperturar la mente os conectáis en forma directa con vuestra Chispa Divina; y ese conocimiento, esa realidad que adquirís, vendrá en la forma más adecuada a vuestra necesidad en ese momento y en ese estado de evolución. Lentamente, paso a paso, iréis aperturando el camino de ese contacto, para que la comunicación sea más directa, para que se os desarrolle la sabiduría y desenvolváis vuestros poderes, poderes espirituales, poderes que sólo podéis desarrollar por y mediante el contacto con la Chispa Divina.

Entonces seréis los nuevos hombres, ya más desarrollados y evolucionados, y en camino del desarrollo total de vuestras posibilidades para la Nueva Era que se aproxima en este planeta.

Siempre os digo que vosotros sois dioses, sois parte del PADRE. Y os hablo como a entidades que están aperturándose a su Chispa Divina. Con esta explicación comprenderéis mejor a lo que me refiero cuando así me expreso, cuando así me dirijo a vosotros.

Comprendiendo mejor vuestro papel preponderante como portadores de la Chispa Divina, como emisarios del PADRE, como ayudantes de Su labor de creación –siempre en armonía con ésta-, daréis el impulso consciente a vuestro avance en la línea vertical, la ascendente que os conducirá al PADRE, porque de EL venimos y al EL debemos volver.